

Orquesta Sinfónica del Vallés
El objetivo de este proyecto consistía en replantear la comunicación visual de la 25ª temporada de la Orquesta Sinfónica del Vallés con una propuesta fresca y atrevida. La intención era acercar la música clásica a nuevos públicos, apelando a un tono más cercano, juvenil, actual y desenfadado, alineado con el espíritu innovador de la orquesta.
Partimos del reto de romper con los códigos visuales habituales del sector para atraer miradas curiosas desde el primer impacto. Durante el análisis inicial, definimos que el tono debía transmitir cercanía sin perder calidad, y que cada cartel debía funcionar como una puerta de entrada al universo sonoro de cada obra, despertando la imaginación antes incluso de que suene la primera nota.




La propuesta gráfica se articula a través de una serie de carteles ilustrados para algunos de los conciertos clave de la temporada: Sueño de una noche de verano, La flauta mágica, Las cuatro estaciones y Apollo et Hyacinthus. Las ilustraciones, obra de la artista Naranjalidad, aportan color, movimiento y una mirada contemporánea a las piezas.
Para conectar con el imaginario clásico de la orquesta, la propuesta trabaja la tipografía de forma muy cuidada, creando un equilibrio entre modernidad y tradición que refuerza la identidad musical sin renunciar al atrevimiento visual. La tipografía aúna la frescura de las ilustraciones con la esencia más solemne y elegante del mundo clásico.

El resultado es una propuesta visual que combina sensibilidad artística con un punto divertido y de provocación. Un lenguaje gráfico que busca renovar la forma de comunicar la música clásica sin traicionar su esencia. Una invitación a vivir los conciertos con otros ojos (y oídos).
